viernes, 13 de julio de 2007

MI ABUELO JUAN

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Era un verdadero Guanche, muy alto y muy serio, asi lo recuerdo, pero tambièn muy cariñoso. Despuès de la muerte de mi madre y de mi abuela materna que fallecieron con 3 dias de diferencia, nos tuvimos que salir de la casa, por razones obvias . Mi papà con dos criaturas pequeñas, que por cierto al mes caìmos enfermos del tifus y por poco no la contamos. Especialmente , que recuerdo vagamente estar semi-inconciente mucho tiempo y con fiebre altìsima. Despuès de haber salido de esa terrible enfermedad -se me habìa caìdo el cabello y estaba en los huesos -comencè a escuchar esas historias que les tocò vivir a mi padre y a mi abuelo, cuidando dos criaturas tan enfermas, sobre todo en la noche, pues las mujeres que venìan en el dìa se iban al oscurecer, ya que no podìan quedarse a dormir donde vivìan dos hombres solos...!!! Esa depresiòn que viviò mi padre, que despuès de haber sido un hombre tan entero, de lucha, de andar armado, pues su vida estaba amenazada, de caminar en las noches por esas carreteras de Breña alta, cuando regresaba de sus reuniones y al sentir que alguien venìa, se agazapaba detras de los eucaliptos, con el arma pronta, mientras las personas pasaban; ese hombre que no tuvo empacho en decir lo que pensaba a travès de una emisora de radio, que escribìa panfletos que se repartìan clandestinamente, cuando las cosas se pusieron difìciles para ¨¨los pensantes¨, que ya habìa regresado de la prisiòn, que sabìa lo que era estar condenado a muerte, dijo a pocos amigos, .....si los niños se me mueren..me mato!. Pobre abuelo Juan...solidario con su hijo, trabajando ambos de dia y despiertos en la noche, turnàndose, dàndonos medicina cada dos horas y agua, mucha agua...Esta enfermedad, que fue larga, pues apenas comenzaba la penicilina, que por cierto se conseguìa difìcilmente, pasò y sobrevivimos...tres meses despuès ya nos estàbamos recuperando.



Vivir en El Brezal, en la casa de mi abuelo, fue una època de gratìsimos recuerdos para . La cosecha de las uvas y pisarlas en un lagar que le prestaban -o le rentaban- para esos menesteres, muy cerca de la pequeña bodega que èl tenìa. La ERA..que divertido cuando traìan el trigo o la cebada para que una vaca, y todos los chiquillos - incluìdos mis tres primos, la trillàramos y ayudàramos a desgranarla. Esa paja, bien pisada, servìa para la ´´renovaciòn´´ de los colchones de la casa, cada año. En muchas ocasiones terminaban tarde y la paja quedaba en la era toda la noche..y allì dormìamos...¡ESOS AROMAS! inolvidables...


¿Y que tal los àrboles frutales de mi abuelo? esto era genial, pues cuando le tocaba al albaricoque, o al de los higos blancos - que por cierto uno que otro tenìa bichos - èl los contaba, pues tenìamos prohibido tocar uno sòlo, hasta que nos los diera, ya que si los comìamos ´´calientes´´, nos podìamos enfermar de la panza....La època de las tunas...de los tunos, como se dice en Canarias, eso era algo que èl disfrutaba mucho. Le encantaba que nos sentàramos a su alrededor en el suelo - èl en un banquito - mientras los iba partiendo y dando uno a cada uno - ¡los amarillos eran los mejores!.. Mis primos y nosotros esperàbamos estos momentos con verdadera ansiedad. Tenìa una ´´Caja de Tea´´ bien cerrada, donde guardaba los albaricoques, envueltos en paños para que maduraran. Recuerdo perfectamente ver furtivamente detràs de la puerta, cuando hacìa èstas maniobras...y claro! como me tenìa bastante consentida, de vez en cuando me decìa, ven mi niña, aquì hay uno que ya te lo puedes comer.Puedo jurar, que he intentado a travèz de mi vida, cuando voy al super comprar los mas bellos que veo, los mas maduros y perfectos y JAMAS, JAMAS, he podido encontrar nuevamente ese sabor...Disfrutè mucho a mi maravilloso y querido abuelo Juan..del cual puedo seguir escribiendo, muchas, muchas cosas mas....en otro momento...