Tenìa como 15 años cuando escuchè por primera vez por la radio, en La Palma, la canciòn ANSIEDAD.....ansiedad de tenerte en mis brazos...musitando palabras de amor...No sabìa que era venezolana, ni quien era su autor. Unos 8-10 años despuès, en un evento en Caracas, tuve la oportunidad de ser presentada a Chelique Sarabia . Ya sabìa para ese momento, que cuando la compuso tenìa apenas 17 años y que - se decìa entonces - por un amor mal correspondido ( creo que el asunto estaba entre dos hermanas cantantes), habìa tenido esa inspiraciòn maravillosa, que a la sazòn ya era interpretada por los mejores artistas de la època y lo mas impresionante, habìa sido grabada por orquestas de fama mundial. Posteriormente siguiò componiendo estupendas canciones costumbristas, e incluso ´´inventaba´´ los exitosos slogans del partido Acciòn Democràtica, sobre todo en època de elecciones. Si no me equivoco, se dedicò a la publicidad.
Otra persona fantàstica, recientemente fallecida, y que a los 25 años creò la preciosa y mundialmente conocida y grabada BESAME MUCHO, fue la Mexicana y Tapatìa Consuelito Velàzquez. Se dice que cuando escribiò esa canciòn nadie la habìa besado aùn, cosa creìble, mas que nada debido a las usanzas de su època. Esta extraordinaria mujer, realmente creativa y sensible, desarrollò un repertorio exitosìsimo, muy abundante y hermoso.
Recuerdo esto, porque a veces pensamos que con los años, la experiencia y las vivencias, le llegan al ser humano las mejores inspiraciones y no siempre es asi. Deberìa ser, porque cuando se es joven pareciera que cuando se habla en un escrito de sufrimiento, se està copiando la vida de àlguien, que no es propia....y se piensa....¡¡ este jovencito-a, como debe leer novelas!!!.....o, ¿quien te contò èsta historia?...en fin. Probablemente si sucede en la mayorìa de los casos, pues nada es mas real ni sentido que lo que vivimos en carne propia, pero a veces nos olvidamos que los sufrimientos de los jòvenes son mas apasionados, mas vìvidos, mas incluso, destructivos....se llega fàcilmente al lìmite....a los extremos...y si no, observemos la cantidad de personas menores de 25 años que se suicidan por amor. Adelante en la vida, ya ponemos en la balanza otras cosas. Si se quiere, nos volvemos un tanto cuanto egoistas o, cuando menos, nos valoramos a nosotros mismos. Ya nos hemos acostumbrado a enarbolar nuestra autoestima por encima de los demàs y sus actos. Nos amamos màs...Gracias a Dios...
Se presentan casos patèticos a cualquier edad, que no representan ni llevan al ser humano a lograr la ´´inspiraciòn´´precisamente, sino mas bièn a lo enfermizo, obsesivo y manipulador. A las amenazas, al acoso. Todos lo hemos visto algùna vez a nuestro alrededor, o se vuelve material de noticieros. Cuando se trata de personas cercanas, nos esforzamos por ayudarlos a sacar ideas tontas de la cabeza, a hacerles ver cuan amados son por su Ser Supremo y la falta que les hacen a sus seres queridos. Los aconsejamos, los retamos, tratamos de sacudirlos, de que vean hacia adentro. Hacer entender a las personas en esta situaciòn, que de verdad, verdad, no existe NADIE que merezca su autodestrucciòn, puede ser labor titànica. Sin embargo puedo decir, que hasta ahora no he sabido de ningùn caso que cuando el individuo se recupera (pues es como salir de una terrible enfermedad), no diga: ¡que tonto-a fuì! y sienta que lo sucedido, lo viviò otra persona...no se reconocen a si mismos. Pero si en todo el problema tuvimos la suerte de por lo menos, decir una palabra que pudiese haber hecho algùna diferencia, habremos sido largamente recompensados.
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Todo lo anterior para que la mata siga dando, y justificar la transcripciòn de una sencilla poesìa que escribì muy joven:
AMISTAD
Son tantos los que no te aman,
los que traicionan tu fè,
y sin embargo tu sigues
pagando al mal con el bièn.
Muchos dudan de que existas,
Pocos se fìan de tì,
pero yò siempre te aguardo
y te esperarè hasta el fìn.
Te imagino dulce y blanca,
vaporosa y tan sutil...
que tendrè que estar alerta,
cuando vayas a venir.
Por ti es tan grande mi anhelo,
que en mi infinita ansiedad,
te he soñado, y en mis sueños,
con amor te he bautizado:
¡TE LLAMARAS AMISTAD!
Caracas, 3 de Nov. de 1965.