jueves, 23 de agosto de 2007

RECUERDOS ZULIANOS

esiropajo@gmail.com




Recuerdo haber viajado a Maracaibo muchas veces, como mìnimo cada año despuès de 1970. Es un lugar maravilloso. Con mucho calor; demasiado para mi gusto, pero ese mismo clima que nos da la naturaleza, lo proporcionan tambièn sus gentes. Càlidos, alegres, con un sentido del humor muy particular, que no permite la tristeza.

Lo mas que me gustaba de ir al Estado Zulia, era el viaje que invariablemente hacìamos por carretera. Un montòn de horas desde Caracas. Pero con nuestras paradas premeditadas. Sabìamos donde detenernos a comer empanaditas de cazòn, donde tomàbamos el agua de coco....en fìn, lo consideràbamos como un paseo familiar, generalmente sin prisas y por una excelente carretera, pues si algo tiene Venezuela que la ha caracterizado desde hace muchos años, son sus magnìficas vìas de comunicaciòn.

Sin embargo uno de esos viajes no lo podrè olvidar jamàs y fuè, contrariamente a lo usual, particularmente triste. Por muchas razones. Bàsicamente porque el engaño, la mentira, la falsedad, son cosas que hacen daño, que nos marcan y se nos dificulta olvidar; aunque perdonemos.


Despuès de la muerte de mi padre en 1968, en esa ciudad precisamente, visitè Maracaibo varias veces sin querer ir al cementerio. No deseaba hacerlo. Un buen dìa, algùnos años despuès, sentì que ya estaba preparada para ese trance. Mala cosa esa de enterrar a los muertos. Prefiero mil veces la cremaciòn, pero era poco usual en aquèlla època. Bièn, llegamos directamente a buscar la tumba, pues yò creìa recordar donde estaba ubicada, pero...Oh sorpresa...!!!! No existìa!!. Asi tal cual. Me sentì completamente desesperada, caminando de un lado para el otro sin encontrarla. Comencè a llorar y a decir...tal vez la estoy pisando... y como esto està tan abandonado no la encuentro...en fìn, un poco trastornada. Me dijeron: por favor, vamos a las oficinas administrativas para que nos informen, tal vez no recuerdas el lugar, etc. etc.

El administrador revisò sus viejos archivos y no se encontrò el nombre de mi padre. Habìa sido informada el dìa del sepelio, que la empresa para la cual èl trabajaba, habìa adquirido el lugar; que era propio. Se me ofreciò incluso hacerme llegar posteriormente los papeles de propiedad. Jamàs me ocupè de solicitarlos, porque siendo paisanos y habiendo mi papà trabajadado para èllos varios años, lo dì por sentado.....nunca hagan èso...Sucediò lo que ya se imaginaràn, que la adquisiciòn fuè temporal, no definitiva...asi que a estas alturas, aùn no se a donde fueron a papar los restos de mi progenitor. Que bueno dentro de todo, que mis creencias firmes respecto a la muerte no tienen nada que ver con el cuerpo material. Eso es solo un vestido que se pone viejo, se arruga y que se puede desechar. La esencia, lo que lo mantenìa vivo, ya pasò a otro plano. Lo que juzgo, lo que me molestò y me molesta, es la mentira, la manipulaciòn para salir del paso. La falta de respeto.


He encapsulado ese recuerdo, como se hace siempre con lo que nos afecta, para evitar revivir lo desagradable. Prefiero recordar mis viajes al Zulia en otro contexto; como las salidas en las tardes a comer arepitas de chicharròn. O las idas a esos puestos de las playitas del Lago de Maracaibo, por unas riquìsimas lisas fritas, con su buena dotaciòn de tostones...eso si, acompañadas de una Polarcita o una Caraquitas....Y que decir de la mùsica Navideña, època en la cual generalmente ìbamos de visita; La Gaita, el sonido incomparable del furro, el cuatro y la tambora... ùnico en su estilo.














BELLISIMO EL ESTADO ZULIA....SI SEÑOR...


y esta vieja GAITA NAVIDEÑA, con uno de los grupos màs representativos del Zulia ( que no tiene por cierto NADA que ver con la Gallega), para los conocedores, los interesados en las cosas diferentes...y para los nostàlgicos...