C A R A C A S
Ir de Caracas a San Felipe, en el Edo. Yaracuy, puede ser un viaje muy agradable - y lo fue en otras ocasiones posteriores- pero no en aquèl primero que hice, a comienzos del año 1961. No lo fuè porque se tratò de un ultimàtum dado por mi esposo. O vienes conmigo, o aquì te dejo abandonada con tu hijo - o mejor ´´me lo llevo´´...y tu a ver que haces....(esa opciòn era su preferida).
Vivìamos una època en la que no se escuchaba hablar de violencia intrafamiliar, y menos, de la que hoy llamamos violencia sicològica. A pesar de que siempre he sido una persona independiente; alguièn difìcil, por no decir imposible, de controlar o manejar, no dejaba de ser una mujer de mi generaciòn, donde la palabra divorcio era aùn la ùltima decisiòn. Ademàs, mujer del pasado o del presente, siempre consideramos primero la posibilidad de que las cosas pueden cambiar...de que tal vez me adapto a vivir sin amor, o... con mi hijo me basta, etc. etc. Sobre todo, cuando se trata de ese tipo de violencia no fìsica. Solo la manipulaciòn: No vienes conmigo, mantente sola...Y yò AUN no estaba preparada para la independencia econòmica; no tardè mucho, sinembargo....
Vivì un año allì. El peor de mi vida. Sola, sin absolutamente nadie conocido. A tres puertas de la familia de mi marido. Orgullosa, independiente, diferente al entorno al que èl estaba acostumbrado. Eso si, me sirviò para tomarle aùn mas amor a la casa, cosa que se me ha hecho siempre muy curiosa de mi personalidad, pues a pesar de haber trabajado fuera de èlla por unos 35 años aproximadamente, me encanta lo que estar en casa significa; la disfruto mucho. No puedo negar que ese hombre me quiso y que se le hacìa difìcil aceptar que yo no sentìa nada por èl. Al final de esta historia, ni siquiera aprecio.
¿Porquè me casè entonces?....lo he dicho mil veces y lo repito ahora...porque querìa volar y era la ùnica forma de hacerlo en esas èpocas; saliendo casada de la casa paterna.
Al final sucediò lo inevitable. Un buen dìa, despuès de una discusiòn mas fuerte que otras, tome varias de mis cosas, las envolvì en la colcha de mi cama, y me larguè a Maracay, donde en ese entonces vivìa mi padre.
Sobrevino el divorcio como era de esperar, y jamàs me he arrepentido. Miles de veces me han preguntado o dicho...¿ como es posible que te hayas casado tan joven, sin tener necesidad de èllo?......¿como pudo permitirlo tu padre?....muchos comentarios. Pero lo cierto es que de no haberlo hecho asi mi vida hubiera sido diferente, y me gusta como ha sido. Es màs, analizàndolo detenidamente, quizàs la vida de toda la familia fuera distinta hoy.
Esas son las CAUSALIDADES de las que hablo con frecuencia. Todo tiene un motivo en nuestras vidas: un porquè. Esos años de un matrimonio menos que bueno, aunque jamàs los problemas llegaron a mayores, fortalecieron mi caràcter. Forjaron un espìritu fuerte y sòlido que necesitè muchìsimo en los siguientes años de mi vida.
NO ES DE SABIOS ARREPENTIRSE DE HABER TOMADO AL TORO POR LOS CUERNOS