domingo, 8 de marzo de 2009
miércoles, 25 de febrero de 2009
¿PORQUÈ NADIE LE PONE EL CASCABEL AL GATO?
Porque es politcamente incorrecto, o sea, que nadie se atreve a dar el primer paso firme y decidido, cuando saben que las polìticas de represiòn han sido un total fracaso, que ha generado miles de muertos, de dependientes, ademàs de otros negocios colaterales de la mafia, enriqueciendo a cientos de personas que no pasan de ser unos autènticos barbajanes, ademàs claro del reparto de millones de Dòlares para comprar almas a diestra y siniestra y a todos los niveles...Nada, ningùn negocio ilìcito ha producido tanta corrupciòn como la droga...
AQUÌ, TRANSCRIBO UN INTERESANTE ARTÌCULO DE PRENSA
MOISÉS NAÍM
Del 'prohibido fumar' al 'prohibido pensar'
MOISÉS NAÍM 22/02/2009
En Estados Unidos, el 76% de la población piensa que la guerra contra las drogas ha fracasado. Al mismo tiempo, una igualmente abrumadora mayoría piensa que las políticas en las que se basa la guerra contra las drogas (represión de la producción, interdicción de las importaciones, prohibición del consumo y criminalización) no se pueden cambiar. Esta contradicción no es sólo de los estadounidenses.
Las encuestas revelan que estas ideas forman parte de las creencias de altos porcentajes de la población en muchos países: pobres y ricos, exportadores e importadores de narcóticos, democráticos y autoritarios, asiáticos, europeos o americanos.
¿Cómo explicar esta irracionalidad? ¿Cómo es posible estar en contra de cambiar una política pública que se sabe que no funciona? Mi respuesta es que la prohibición de todo lo relacionado con las drogas ha creado un clima donde también está vedado pensar libremente sobre alternativas a la prohibición. Un senador estadounidense que me habló con la condición de que no revelara su identidad me dijo: "Muchos de mis colegas y yo sabemos que los esfuerzos que se hacen para combatir el narcotráfico y el consumo de drogas no sólo no funcionan sino que tienen efectos contraproducentes. Pero esta es una posición políticamente suicida. Si lo digo públicamente es casi seguro que pierda mis próximas elecciones".
Y no son sólo los políticos: "¿Por qué a pesar de los esfuerzos, la situación en Afganistán se ha deteriorado tanto? En mi opinión la principal causa es el tráfico de drogas, que es sin duda alguna la fuerza económica que nutre el resurgimiento de los talibanes... Cuando estuve allí en 2006 no podíamos ni mencionar el tema. Era un asunto sobre el que nadie quería hablar". Esto lo dijo el general James Jones, ex comandante del Cuerpo de Marines (1999-2003) y comandante supremo de la Alianza Atlántica (2003-2006). Cabe notar que esta declaración la hizo meses antes de saber que iba a ser nombrado por el presidente Barack Obama asesor para la Seguridad Nacional.
La manera en la que el mundo enfoca el problema del tráfico y consumo de drogas es indefendible. Todos los analistas objetivos que han examinado el tema concluyen que el régimen actual requiere una urgente y profunda reforma. El problema es que cualquier propuesta en este sentido es usualmente contestada con acusaciones de ingenuidad, complacencia con los narcotraficantes y hasta de complicidad con ellos. Sin embargo, la realidad y los números son abrumadores. A pesar de los inmensos esfuerzos no hay evidencia alguna de que se estén alcanzando los objetivos de disminuir la producción o el consumo de drogas. Recientemente, el Gobierno británico informó de que en ese país la abundancia de cocaína es tal que estaba costando menos que una cerveza o una copa de vino. En Estados Unidos, uno de cada 100 ciudadanos está en la cárcel, la inmensa mayoría por tenencia de drogas. (Cada recluso le cuesta al Estado 34.000 dólares al año -unos 26.000 euros-, mientras que el costo anual de tratar a un adicto a las drogas es de 3.400 dólares). La violencia que se vive en México, Colombia o en cualquiera de los barrios pobres de América Latina, África y Asia es en gran medida un daño colateral causado por la guerra contra las drogas. La situación es insostenible y necesita un nuevo enfoque.
Lo que acaba de proponer la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, un grupo de 17 latinoamericanos del cual formo parte. La comisión, presidida por tres muy respetados ex presidentes, Fernando Henrique Cardoso, de Brasil; Cesar Gaviria, de Colombia y Ernesto Zedillo, de México, divulgó sus recomendaciones después de casi un año de trabajo, que incluyó la revisión de la mejor evidencia disponible y de amplias consultas con científicos, policías, médicos, militares, alcaldes y expertos en salud pública. Por favor, lea el informe en
La comisión no cree que existan políticas alternativas a la prohibición que estén exentas de costos y riesgos. Pero sí cree que hay que considerar y probar otros enfoques que traten al problema de las drogas más como un asunto de salud pública que como una guerra.
Hablar genéricamente de "legalización de las drogas" es superficial e irresponsable y sólo sirve para banalizar y estancar la discusión. Pero prohibir la discusión racional de los costos y beneficios de descriminalizar la tenencia de marihuana para el consumo individual, por ejemplo, es aún más irresponsable.
El consumo de drogas es una maldición contra la cual hay que luchar. Pero hay que hacerlo bien. Y eso no sucederá mientras exista la prohibición de pensar libremente en qué significa hacerlo bien.
.....
Ojalà se tomen decisiones pronto, que prioricen al ser humano, y no a intereses polìticos o personales.
...
viernes, 6 de febrero de 2009
GAZA-LO QUE ISRAEL NO QUERÌA QUE VIÈRAMOS
Hasta cuando los gobiernos del mundo, como Estados Unidos y muchos de los europeos que se hacen de la vista gorda, van a permitir esto?...
No solo han destruìdo las ciudades, los campos, matado el ganado, sino que les impiden pescar, màs allà de 700 Mts. de la costa.
Para los Sionistas-Israelìes, TODO EL MUNDO ES DE HAMÀS o traficante de armas, cualquier excusa es buena para acabar con un pueblo, lo cual es REALMENTE su meta...
.....
domingo, 1 de febrero de 2009
DE ACUERDO A QUIEN ME REMITIÒ ESTE ARTÌCULO....EL ZAPATAZO DEL AÑO...
Davòs asume la decadencia del capitalismo a la americana.
Francia advierte que la recesión puede provocar tensiones sociales
CLAUDI PÉREZ (ENVIADO ESPECIAL) - Davos - 01/02/2009
En pocos lugares se puede ver la decadencia del capitalismo tan de cerca como en Davos. Hay algo tóxico en la montaña de la estación de esquí alpina, que estos días ha vuelto a convertirse en el sanatorio para tuberculosos que era hace un siglo, en busca de una cura para frenar el declive del sistema.
En pocos lugares se puede ver la decadencia del capitalismo tan de cerca como en Davos. Hay algo tóxico en la montaña de la estación de esquí alpina, que estos días ha vuelto a convertirse en el sanatorio para tuberculosos que era hace un siglo, en busca de una cura para frenar el declive del sistema. Los helicópteros de los VIP, el enjambre de guardaespaldas y policías que protegen a los capitanes de la economía mundial, la sucesión de fiestas y la ostentación de las élites de Davos -con la que está cayendo- emparentan el Foro Económico Mundial con los excesos de los últimos años, que han llevado al colapso al sector financiero, y con él al conjunto de la economía.
Las vedettes del capitalismo proclamaban ayer, como durante toda la semana, la decadencia del modelo estadounidense: el cóctel de globalización y comercio internacional, de libre mercado y desregulación financiera, defendidos aquí con uñas y dientes durante años, ya no es la fórmula mágica. La idea de que ese capitalismo a la americana traería grandes dosis de prosperidad y crecimiento sin apenas ciclos ni sobresaltos se ha esfumado. John K. Galbraith decía que hay dos clases de expertos en economía: "Los que no tenemos ni idea y los que no saben ni eso". El economista Martin Wolf se apuntó ayer al primer grupo: "Honestamente, no sabemos qué va a ocurrir". "Pero lo seguro es que las próximas noticias van a ser peores", replicó el número dos del FMI, John Lipsky.
Las consecuencias de la crisis son potencialmente peligrosas: la Organización Mundial del Comercio alertó ayer del riesgo de una escalada proteccionista, y la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, advirtió de que el huracán económico provocará "problemas sociales". No se trata de una profecía. Francia ha vivido esta misma semana una sonora huelga. Ayer, centenares de personas se manifestaron contra el foro en Ginebra. Pese a las espectaculares medidas de seguridad, las protestas llegaron hasta el corazón de Davos. Los manifestantes arrojaron zapatos contra el centro de congresos.
El desencanto de la ciudadanía se superpone al estupor de las élites reunidas en Suiza. El boom de los últimos años era para el hombre de Davos la consecuencia del triunfo del mercado sobre el Estado. Eso ha cambiado a toda velocidad. Como consecuencia, Davos tiene este año toques surrealistas: el mea culpa de los banqueros, ejecutivos y políticos, que piden ahora más regulación y aplauden los planes de rescate -"pirómanos convertidos en bomberos", dice el economista Jean-Pierre Lehman-, y el papel de Rusia y China, presentados casi como salvadores del capitalismo ante la escasa presencia en la ciudad suiza de la nueva Administración de EE UU, que contrasta con la confianza ciega del foro en Obama como prácticamente el único resquicio de esperanza. Ayer mismo, el presidente estadounidense dio "una nueva estrategia" para ayudar a bajar los costes hipotecarios de los ciudadanos.
Los expertos calculan que la tormenta subprime se ha llevado por delante al menos una cuarta parte de la riqueza mundial, y que golpea ya con dureza en todo el mundo, con el cierre de factorías y el aumento del paro. "Los bancos asumieron riesgos excesivos. Los empresarios se endeudaron demasiado. Los reguladores permitieron todo eso. Y ahora los contribuyentes tienen que acudir en su ayuda para limpiar toda la basura, lo que disparará la deuda del Estado y acabará teniendo consecuencias sobre los bienes públicos como la sanidad", destacó ayer el Nobel de economía Joseph Stiglitz. "Hay una tremenda arrogancia en todo lo que ha sucedido. Banqueros y ejecutivos deberían pensar en lo que han defendido durante años y asumir responsabilidades", concluyó.
"Se avecinan tiempos sombríos: o se ajusta el rumbo o habrá depresión", avisa Nouriel Roubini, el gran gurú de la crisis. "Hay que cambiar el sistema entero, o en caso contrario cuando salgamos de esta crisis tendremos otra de esas enormes burbujas de activos y endeudamiento, y será desastroso", prosigue.
El final del túnel no está claro. Lipsky aseguró ayer que la recuperación puede llegar a finales de año. Stiglitz habla de 2010. El fundador de Microsoft, Bill Gates, apunta a 2012. Pero en todos los casos, eso sucederá si se cumplen infinitos condicionales: "Si aumenta la coordinación de las políticas económicas" (Lipsky); "si se crea un supervisor financiero internacional y si aumenta el proteccionismo" (Stiglitz); "si hacemos lo correcto" (Roubini).
Pero nadie parece saber qué es lo correcto. Davos apenas ha aportado soluciones a los problemas actuales. Frente al optimismo de los últimos años, en la edición de este año el pesimismo domina el horizonte económico.
La fe en una mezcla de globalización, innovación financiera y fundamentalismo de mercado ha desaparecido. El Estado vuelve a estar de moda. Obama mira a Europa: su plan de rescate bancario se inspira en el sueco de los años noventa, así como políticas fiscales a la europea. China ha defendido también en Davos un plan al estilo Keynes para incentivar el consumo, que incluye los primeros pasos hacia un rudimentario sistema de salud universal. "Cuando la mayor economía y el mayor país emergente miran a la vez hacia el mismo sitio, algo pasa", afirma el economista Kenneth Rogoff. El nuevo paradigma, una auténtica revolución cultural en el foro, "es más europeo e implica más Estado", asegura.
La convalecencia de la economía global provoca extrañas situaciones. Al lado del centro de congresos de Davos un librero colocaba ayer junto a las novedades del escaparate un libro que multiplicó por cuatro sus ventas en 2008: El capital, de Marx. "El papel del Estado es ahora fundamental, pero se trata de una situación de emergencia, temporal", avisa el financiero George Soros sugiriendo que el péndulo puede volver hacia el otro lado cuando la crisis desaparezca y EE UU se recupere. Obama ha aparecido como un soplo de aire fresco para amortiguar el trastazo, pero ya hay varios cambios en marcha ante la constatación de ese declive.
viernes, 30 de enero de 2009
¿DIFERENCIAS ENTRE LOS SIONISTAS DE HOY Y LOS NAZIS DE AYER?...NINGÙNA, SI NO, VEA LAS IMÀGENES
FAVOR HACER CLICK EN LAS IMÀGENES PARA VERLAS EN TAMAÑO GRANDE.
Es solo cuestiòn de detenerse un momento y comparar...por favor...¿Hay algùna diferencia?...
GRACIAS AMIGOS...